Por medio de un contacto telefónico, pudimos hablar con el ex combatiente Ángel Sosa, quien estuvo en las Islas Malvinas luego de 41 años.
– Ángel, me imagino que después de 41 años, volver a las Islas debe haber sido una mezcla de sensaciones, ¿No?
– Así es, la verdad que fue una mezcla de sensaciones pero positiva.
– ¿Qué nos puede contar respecto a cuando estaba llegando a las Islas Malvinas, lo que fue el viaje, las recorridas y toda esa experiencia?
– Si, nosotros salimos de Corrientes el día viernes pasado a Buenos Aires en avión y de ahí a Río Gallegos. Luego el día sábado fuimos rumbo a las Islas, con una ansiedad terrible. Queríamos llegar cuanto antes, los veinte que fuimos. Al llegar por supuesto, la emoción de regresar después de tanto tiempo a pisar nuestras Islas, fue algo indescriptible.
– ¿Cómo vivió los primeros minutos luego de llegar a las Islas?
– Fue una mezcla de sensaciones emocionantes, mucha alegría de poder regresar y ver a nuestros camaradas que están ahí.
– ¿Qué visitaron en primer lugar?
– En primer lugar, el día domingo por la mañana visitamos el cementerio, que es ahí donde uno descarga algo de lo que llevó encima por 41 años. Yo tuve la suerte de encontrar ahí a todos mis compañeros que conocía. Fue algo sanador.
– ¿Pudo ver diferencias en el paisaje desde la guerra hasta ahora en este segundo viaje?
– Así es, mucha diferencia. Aquel momento, comentábamos con los camaradas que nosotros en el ’82 no tuvimos la oportunidad de ver lo que era la Isla, lo grande y bella que es, hay mucha belleza natural. Nosotros no pudimos apreciar porque estábamos concentrados en otra cosa. Estábamos con nuestra actividad y no tomábamos conciencia de lo que era, ni de lo que hicimos, por la misma adrenalina del conflicto.
– Y ahora pudieron hacer esa toma de conciencia estando allí, ¿No?
– Así es, en ese momento teníamos la adrenalina de la juventud y el conflicto no nos dejaba apreciar nada. Ahora con tranquilidad y unos años encima uno aprecia mejor todo.
– Usted nos dijo que pudo encontrar a todos sus compañeros que por desgracia perdieron la vida durante el conflicto, ¿No?
– Así es, tuve la suerte. Esa es una de las cargas que yo tenía encima porque yo tuve la oportunidad de juntar los cadáveres y yo les prometí que iba a volver a visitarlos. Por eso fue una descarga enorme en el cementerio y pude cumplir mi promesa hacia ellos.




