Desde el móvil de “La Mañana de Noticias”, tuvimos la oportunidad de dialogar con Salvador Herrera, quien fue parte fundamental en la creación de una de las tradiciones más emotivas del Club San Martín: la probeta, encendida por primera vez en 1970 para la fiesta en honor al General José de San Martín, el 17 de agosto.
Herrera, con la voz entrecortada por la emoción, recordó cómo en ese año se organizó un gran torneo de atletismo que convocó a jóvenes de la Escuela Normal, la Escuela Técnica, y a estudiantes de Santa Fe. En medio de ese ambiente de competencia y camaradería, surgió la idea de encender una antorcha que simbolizara la pasión y el espíritu deportivo del club.
“Junto a los chicos, encendimos la llama de una antorcha en la capilla de Santa Catalina y prendimos la probeta por primera vez”, relató Salvador, aún conmovido por los recuerdos de aquel evento. La probeta fue fabricada por el señor Eber Bertuzi, quien se inspiró en otros juegos olímpicos para crear un símbolo especial. Así, con la probeta encendida, se inauguraron oficialmente los juegos del club.
En aquella ocasión, además del atletismo, las actividades se enriquecieron con diversas disciplinas deportivas, siempre bajo el espíritu de compañerismo y dedicación.
A pesar del paso del tiempo y de que la tradición no continuó, la probeta del Club San Martín permanece como un símbolo imborrable en la memoria de quienes fueron parte de esa primera jornada. Para Salvador Herrera, este objeto es una verdadera reliquia, que guarda los valores que inspiraron su creación: el amor por el deporte, el respeto por las tradiciones y el deseo de superación constante.
“Después de 54 años, la probeta sigue siendo parte de nuestra historia”, concluyó Salvador con lágrimas en los ojos, evidenciando que el legado de aquellos juegos sigue vivo en el recuerdo de quienes lo vivieron.