Decenas de correntinos recurren a financiaciones con supuestas facilidades con falta de sustento legal. Otros salen a circular sin título de propiedad. Defensa del Consumidor lamentó que clientes confíen en exceso en la palabra de los vendedores y no lean lo que firman.
La necesidad de contar con un medio de transporte propio es indispensable en una ciudad que crece y lleva los límites de los barrios cada vez más lejos del casco céntrico. Todos los días, miles de personas buscan la forma más económica de llegar hasta trabajos, universidades o escuelas.
Y es ahí, en medio de múltiples evaluaciones, cuando aparecen las motocicletas como una de las opciones más viables para enfrentar los altos costos del transporte. Pero inmediatamente, cuando aparece una solución también surge un problema. Una moto cero kilómetro, hoy por hoy, no baja del millón de pesos, unos 1.200 dólares al cambio libre.
Cifras astronómicas para una gran parte de la sociedad que no puede cubrir a no ser que cuente con un plan de financiación ajustado a su presupuesto. Aquí nuevamente aparece una solución: agencias dispuestas a entregar el vehículo soñado por mínimos requisitos que parecen salidos de un cuento de hadas. “Solo con tu DNI”, “para deudores en el Veraz”, “con una mínima entrega”, “trabajamos con todas las marcas”, son algunos de los eslóganes más comunes para atraer clientes. A estas se les pueden sumar publicaciones en redes sociales en que se ven fotografías y videos de supuestos compradores felices por las entregas.
Una vez que los interesados muerden el anzuelo publicitario viene un contrato y una firma para sellar una unión que, como los matrimonios, algunos terminan bien y otros muy mal. Para los del segundo grupo, el “cuento de hadas” rápidamente se convierte una historia de terror. El problema más común: la moto no llega, pero las cuotas se deben pagar igual. En otros casos, el rodado llega, pero los papeles que certifican la titularidad nunca lo hacen. Lo que es el equivalente, en términos legales, a circular por las calles con un móvil robado.
La Dirección de Defensa al Consumidor de Corrientes recibe todas las semanas reclamos por casos que involucran a estas agencias y sus clientes. “Estamos recibiendo quejas contra tres firmas en concreto y una de ellas ni siquiera está entregando las unidades. A estos últimos se los cita a las audiencias de conciliación pero nunca se presentan”, sostuvo uno de los referentes del área.
Desde el organismo explicaron que las involucradas tienen aceitado un mecanismo legal donde el contrato firmado por el interesado es la clave. “Es muy importante que la gente desconfíe de lo que les dicen los vendedores, porque generalmente no es lo mismo que dice en el documento”, alertaron.
Un caso paradigmático, que atendió la Defensoría, hace dos años fue el de Credimotors, un firma que estaba por calle España al 1900. “Los damnificados comenzaron a denunciar penalmente por estafas; una acción compleja, ya que se debe comprobar que actuaron de mala fe. Sin embargo, en este caso la resolución fue positiva para los clientes y quien figuraba como el propietario (muchas veces quien figura es solo un testaferro) fue preso. Sin embargo, una gran cantidad de clientes nunca recibieron sus motocicletas “, comentaron desde el organismo y recordaron que atendieron 50 casos.
La palabra no vale
La razón principal por la que cae la gente, según lo dicho desde la Dirección de Defensa al Consumidor, es porque confían en las promesas engañosas de algunos vendedores. “Los incautos creen en todo lo que le dicen los vendedores (ver “Caso Thornemiovilsevich” y “Entrevista con un Vendedor”).
Se trata de gente que trabaja por comisión y buscan asegurarse las ventas. Por ello, muchas veces recurren a promesas sobre facilidades que no están explicitadas en el contrato.”
Les dicen a los interesados que con cuotas fijas van a comprar una moto, pero eso no existe en ningún lugar el mundo, y menos un país con inflación del 300% anual. Menos una entrega en el primer pago”, resaltaron. Un ejemplo de las propuestas fraudulentas es cuando prometen que al completar un determinado número de cuotas se recibe el rodado, pero una vez que se cumple el plazo piden el monto que falta para concretar la entrega, si no se tiene viene el dinero aparece un nuevo plan de financiamiento”, explicaron.”
Como todo es de palabra y no hay nada escrito, no hay prueba. Una situación similar a lo que ocurrió con los planes de ahorro: los vendedores dicen que son cuotas fijas, pero el contrato precisa que las cuotas son variables”, recordaron.
Un hecho que dejó en evidencia esta operativa de algunos vendedores sucedió hace un año en DeoMotors. El pasado 27 de junio de 2023, unos clientes que se sintieron estafados arrojaron piedras sobre el frente de las oficinas administrativas de la concesionaria, en pleno centro. Al día siguiente, un referente del negocio, identificado como David, reconoció, en una entrevista con Radio Continental Corrientes, que el problema fue de índole interno porque algunos vendedores omitían detalles del contrato. “A estas malas gestiones se le suma que los clientes no leen el documento”, responsabilizó a los clientes. Y sobre todo señaló que hay cuestiones puntuales que están expresadas en la primera hoja del documento y aún así son cuestionados.
La Defensoría relató que la mayoría de las concesionarias trabajan con un contrato de venta a plazo. “Existe una especie de trampa legal porque para retirar la moto tenés que hacer una integración que nunca está clara en porcentaje u otros de talles. La cuota de integración es por un valor equis de pesos, generalmente se cuerda solo de palabra”, lanzaron.
Por último, recordaron que es muy difícil establecer el valor de compra de una moto en la actualidad. “Las administradoras de planes de ahorro para autos deben informar todos los meses los valores de las unidades a la Inspección General de Justicia, pero con las motos no pasa lo mismo”, dijeron.
Caso Thornemiovilsevich
Matías Thornemiovilsevich es un cliente de Deomotors que, en una entrevista con diario época, expresó sentirse estafado. A la vez, reconoció que las condiciones iniciales del trato fueron establecidas de palabra.Matías intentó obtener una Yamaha 250 de la concesionaria, un modelo difícil de conseguir en la ciudad. Por ello, el 3 de febrero de 2024 llegó hasta la concesionaria e intentó hacer un trato con una vendedora. “En ese entonces tenía una suma en dólares que representaba el 25% del valor del vehículo. Me prometieron que con una entrega de $85.000, en concepto de suscripción y pedido de unidad, y al mes con mi suma en dólares, ya iba poder retirarla”, contó. Luego vendrían 35 cuotas de $85.000 y cada una sería ajustable al valor del dólar.”
Al mes le pregunté a la vendedora y al principio no me contestaba o argumentaba que estaba enferma. Luego de una semana me dice que los agentes administrativos eran los que debían responderme. Finalmente, me salieron con que tenía que empezar a pagar las cuotas, pero yo no quería acceder a un plan, eso no había pedido. Entonces, al sentirme defraudado, les pedí el dinero y ellos se negaron. Solo me ofrecieron el 40% de los $85.000 iniciales”, relató.”
Todo fue de palabra, pero no estaba claro en el contrato. Incluso el documento hablaba de una Bajaj Rouser 2200, una situación que advertí y me dijeron que figuraba así porque en el momento la Yamaha no estaba en stock. Acto seguido tacharon y escribieron el que estaba buscando”, contó.”
Ellos te inducen a firmar un contrato del que tenés poco conocimiento”, aseveró. A la vez que explicó, de acuerdo a un análisis personal, que la empresa adquiere las motos a medida que otros compradores efectúan los pagos de la suscripción.
Matías llevó su indignación a las redes sociales, especialmente en Facebook, donde recibió el apoyo de algunos usuarios que se sintieron identificados por pasar situaciones idénticas en otros negocios. En caso de no recibir el dinero que percibe aún como suyo, planea acudir a la Defensa al Consumidor y no descarta iniciar una acción colectiva con otros clientes con quienes tuvo contacto. El joven asegura que desde la concesionaria le prometieron analizar su caso y en menos de un mes tendría respuestas.
Un ejemplo de cómo tratar de negociar condiciones propias sobre un sistema establecido puede terminar mal.
Entrevista con un vendedor
Diario época visitó una de estas agencias para observar las ofertas exhibidas y habló con un vendedor. Al ser consultado por una moto 110 centímetros cúbicos, el vendedor en cuestión ofreció una amplia gama de marcas: Guerrero Motomel, Corven, Zanella, entre otras. “Contamos con una promoción de 24 cuotas de $65.0000 solo con DNI, sin recibo, sin garante y no importa el Veraz”, sostuvo.
“Nuestra financiación es propia, sin financieras o bancos. Además, trabajamos directo de fábrica”, sostuvo. A la vez que aseguró que la moto es entregada a la primera cuota, sin entrar en detalles para que se cumpla esta condición. Luego, este medio pudo saber, por una publicación en redes sociales de la empresa, que se trata de una licitación. Es decir que no es seguro recibirla en la primera cuota.
Para ingresar al plan solicitaban $85.000 que garantizaba un seguro por seis meses, patente y cédula. “La primera cuota se abona del 1 al 10, y una vez que se efectivice el primer pago al mes siguiente el plazo es del día 1 a 30”, agregó. Al mismo tiempo, aclaró que las cuotas son ajustables por el valor del mercado que tenga el vehículo. Al ser consultado sobre porcentaje de actualización, no quiso detallar qué índice utilizan. “Cada tres meses son más o menos unos $4.000 si sube el valor, pero la situación del país se está estabilizando”, dijo con tono sospechoso. Por último, aclaró que se pueden adelantar cuotas para salir más rápido de la duda.¡Circulan sin título de propiedad!
Defensa al Consumidor de la Provincia acotó que existe otro problema recurrente en las concesionarias. Se trata de la entrega de los vehículos sin título de propiedad. “Al llegar la entrega en las cuotas pactadas puede que los comerciantes no entreguen el documento hasta que no se le abone la totalidad del valor de la moto. Para asegurarse recibir el dinero, pueden emitir pagares o solicitar garantes”, contaron voces de la oficina pública.
“Tenemos muchos casos en que no les entregaron el título o las facturas, entonces no pueden inscribir la moto a su nombre y en consecuencia tampoco circular. Los clientes solo reciben un remito que no tiene ningún efecto legal. De esta forma, el conductor circula sin cédula verde o carnet. Entones, cualquier control de una fuerza federal, provincial o municipal está habilitado a retirar la moto de la vía pública”.
Un hecho que ilustra esta observación es el que trascendió esta semana. Cristina Ramírez, una cliente de Multicred, recorrió varios medios, entre ellos diario época, y aseguró que pagó todo el valor de una moto, recibió el rodado, pero nunca le entregaron los papeles. Ahora el concesionario cerró sus puertas y no responde sus demandas. Y como si esto fuera poco, de agentes de tránsito le sacaron el vehículo y acumula una multa de $123.000. “Espero tocar el corazón de una persona que me pueda ayudar porque no tengo el dinero. También comparto mi experiencia para que a nadie más le pase lo mismo”, expresó ante el móvil de este medio.
Desde la Dirección de Defensa al Consumidor aclararon que la firma ya tiene varias multas en su haber. “Fuimos este miércoles a realizar una nueva inspección, pero estaba todo cerrado con candado”, advirtieron. Al día siguiente, el móvil de época visitó el comercio pero este continuaba cerrado.
El encargado del organismo del Gobierno Provincial recordó a la población en general que no se puede recibir una moto sin título de propiedad. “El rodado debe contar con una factura, caso contrario no se puede inscribir. Uno puede ser el propietario con deuda, pero se debe contar con el título de propiedad para circular. En la actualidad existen muchos casos de este tipo y algunos clientes deben recurrir a un juicio civil para recibir el aval del Registro de la Propiedad”, finalizaron.