Cada 7 de agosto, miles de argentinos acuden al Santuario de San Cayetano para pedir por trabajo y sustento. Este año, la festividad adquiere un tinte especial debido a la difícil situación económica del país y a la creciente precarización laboral.
Se espera que el número de fieles se duplique en comparación con años anteriores. Los peregrinos acudirán al santuario en el barrio de Liniers desde las primeras horas del día para participar en misas y pedir la intercesión del santo patrono del pan y del trabajo.
No obstante, este año, la tradicional peregrinación también servirá como escenario para manifestaciones de distintos grupos sociales y sindicales. Organizaciones como la CGT, UTEP, y diversos movimientos piqueteros han anunciado una marcha para visibilizar la emergencia alimentaria y laboral que atraviesa el país. Estas manifestaciones buscan destacar las políticas que han llevado a una situación en la que 7 de cada 10 niños viven en la pobreza.
El arzobispo Jorge García Cuerva encabezará las ceremonias religiosas, subrayando la necesidad de trabajo y paz para el pueblo argentino. En otras provincias como Neuquén y Río Negro, las celebraciones también incluirán misas y actividades comunitarias para reunir a los fieles en un ambiente de solidaridad y esperanza.
La festividad de San Cayetano este año no solo será un acto de fe, sino también una jornada de protesta y reflexión sobre la situación económica del país, poniendo de relieve la urgente necesidad de soluciones a la crisis laboral y social que afecta a millones de argentinos.