El vicepresidente primero del Concejo Deliberante, Federico Serrano, quien actualmente se encuentra a cargo de la presidencia tras la licencia del viceintendente, se refirió a la compleja situación legislativa que atraviesa el cuerpo en las semanas previas a las elecciones del 26 de octubre.
Serrano explicó que el miércoles pasado no se logró reunir quórum y anticipó que será difícil hacerlo en la próxima sesión: “Sabíamos que este año iba a ser complicado reunir la cantidad de veces que nos hubiese gustado. Son tiempos electorales y eso repercute en lo institucional”, señaló.
El concejal destacó que la dinámica de elecciones cada dos años en Corrientes complica la actividad del Concejo, ya que varios ediles están abocados a la campaña o en busca de la reelección. “Los concejales están en diferentes actividades, no está garantizado que haya quórum”, expresó.
Respecto a la posibilidad de sesiones extraordinarias, Serrano recordó que el tema del vertedero municipal es una de las cuestiones más sensibles y que, de ser necesario, se podría convocar al cuerpo: “Si el Ejecutivo requiere dar alguna respuesta inmediata, vamos a tener que constituirnos en sesión extraordinaria. El Legislativo está a disposición”.
Consultado sobre el rol de la oposición, el concejal afirmó que muchas veces las decisiones de no dar quórum responden a definiciones políticas propias de la democracia: “No quiero ser hipócrita, a veces también desde el oficialismo se pueden tomar decisiones similares. Son herramientas políticas. Después, si me gusta más o menos, es otra cosa”.
Finalmente, Serrano reconoció que las negociaciones políticas han sido un factor clave en la composición de mayorías dentro del Concejo: “El oficialismo logró un acuerdo con el sector de CAP28, lo que nos permitió contar con el acompañamiento de ese espacio. Pero en tiempos electorales, los vaivenes políticos hacen que no siempre sea fácil sostener los números”.
Mientras tanto, el orden del día continúa en confección, con la incorporación de proyectos hasta el mediodía. Sin embargo, la incertidumbre sobre la posibilidad de sesionar persiste y todo indica que la actividad legislativa quedará prácticamente paralizada hasta después de los comicios.