El reconocido espacio Doctor Wine fue escenario de una velada especial en la ciudad de Esquina, donde se llevó a cabo una degustación exclusiva de vinos de la bodega mendocina La Iride. El evento contó con la presencia de los propios dueños y el enólogo de la bodega, quienes compartieron su historia, sus métodos de elaboración y los distintos varietales que hoy posicionan a la marca en el país y el exterior.
“Muchas gracias por venir, es un gusto recibirlos en Doctor Wine. Algunos son clientes, otros no, pero todos son bienvenidos”, expresó el anfitrión al inicio del encuentro, destacando que la relación con La Iride comenzó hace más de cinco años y que esta fue una oportunidad para acercar aún más la bodega al público local.
La presentación formal estuvo a cargo de Alejandro Battistini y Claudio Ricciardi, quienes fundaron la bodega junto a sus primos hace dos décadas. “Empezamos como un proyecto muy pequeño con la intención de exportar 20 mil litros desde el Caribe, pero terminamos metidos de lleno en la finca, cosechando, haciendo todo… y aún no llegamos al Caribe”, bromeó Ricciardi, enólogo y socio fundador.
La velada permitió al público degustar diversos vinos y conocer en profundidad el trabajo detrás de cada etiqueta. “El vino tiene algo de magia. No es como la cerveza que se puede hacer en cualquier lado. Hay que saber hacerlo, y el lugar también importa mucho”, reflexionó el organizador del evento.
Desde Mendoza hasta Esquina, La Iride compartió no solo sus vinos, sino también una filosofía familiar y artesanal. “Trabajamos 100% con varietales, siendo el Malbec nuestro emblema, ya que nuestra bodega está en Maipú, la primera zona vitivinícola del país”, detallaron. Además, adelantaron que han incorporado nuevas cepas como Cabernet Franc, Tannat y Petit Verdot, que próximamente formarán parte de su oferta.
La historia de La Iride tiene raíces profundas. “Nuestros abuelos vinieron de Italia, eran productores vitivinícolas. Sus hijos fabricaban maquinaria para bodegas. Y nosotros unimos esas dos experiencias en 2004, cuando hicimos nuestra primera vendimia”, contaron.
Finalmente, los representantes de la bodega agradecieron la cálida recepción del público esquínense y la hospitalidad de Doctor Wine. “Fue una experiencia muy linda compartir, explicar cómo elaboramos nuestros vinos y ver cómo la gente se conecta con lo que hacemos. No se trata solo de tomar vino, sino de entenderlo y disfrutarlo desde otro lugar”, concluyeron.
