La intendenta de San Isidro reveló que heredó una deuda superior a los 170 millones de pesos, maquinaria destruida, salas de salud cerradas y obras paralizadas. Confirmó que ya existen denuncias penales y que se avanzará con una auditoría integral.
Vilma Ojeda volvió al frente del municipio de San Isidro para iniciar su tercera gestión, pero el escenario que encontró tras el traspaso de mando dista mucho del que había dejado al finalizar su administración anterior. En un discurso cargado de emoción y en diálogo con los medios, expuso con preocupación el estado crítico de la comuna.
“Me comprometí en volver porque hay muchas cosas por hacer. Pero hoy me encuentro muy preocupada por la situación que vemos en el municipio”, expresó.
Ojeda recordó que al terminar su segundo mandato había dejado 13 millones de pesos de superávit y una gestión ordenada y transparente. Hoy, en cambio, aseguró que el nuevo panorama es “totalmente diferente y alarmante”.
Una deuda de más de 170 millones y vehículos municipales destruidos
La intendenta detalló que el municipio registra más de 170 millones de pesos de deuda, una cifra extremadamente elevada para la escala de San Isidro.
Al recorrer las instalaciones municipales, se encontró con un panorama desolador:
camionetas sin motor o sin chasis,
vehículos desarmados,
el tractor municipal fuera de servicio,
la ambulancia inutilizable,
salas de salud cerradas y en estado de abandono.
“Todo lo que construimos con compromiso está destruido. Es una pena ver el parque automotor así y las salas de salud cerradas”, lamentó Ojeda.
Aseguró que será necesario declarar inmediatamente la emergencia del parque automotor, vial y sanitario.
Cuestionamientos al manejo del gobierno anterior
Vilma Ojeda denunció que el traspaso de mando se realizó de forma irregular y a último momento. Incluso aseguró que, ya sin ejercer legalmente el cargo, el exintendente continuó firmando documentación y realizando movimientos administrativos.
“Hasta las últimas horas seguían haciendo cosas, abusando de facultades que ya no tenían. Eso hay que denunciarlo públicamente”, afirmó.
Recordó también que durante la gestión saliente ya se habían presentado denuncias por irregularidades económicas, incluyendo fondos destinados a obras que “no aparecen porque se ocuparon el dinero”.
“Esto es desvío de fondos. Es una vergüenza que se hayan llevado lo que era de los vecinos”, expresó.
Auditoría en marcha y denuncias penales
La intendenta confirmó que ya existe una denuncia penal y que todo lo relevado en la auditoría que comenzó a ejecutarse será incorporado a la causa.
“Quien sea responsable deberá devolver lo que se llevó. Cada peso que falta es un daño directo a San Isidro.”
“No estoy enojada: es impotencia”
Ojeda aclaró que su tono firme no responde a enojo, sino a la impotencia de ver destruido el trabajo de tantos años y de haber sacrificado momentos familiares por la gestión.
“Me perdí muchas cosas con mi familia por dedicarme al municipio. Y ver que otros usaron el municipio para dañarlo duele y da impotencia”, expresó.
Pese a la gravedad del panorama, aseguró que inicia este nuevo mandato con esperanza y con el respaldo de la comunidad:
“Gracias por estar. Hoy quiero disfrutar esta fiesta con la gente que nos acompaña. Vamos a salir adelante.”
