En una polémica sesión extraordinaria, el Concejo Deliberante de Esquina aprobó una ordenanza que, según denuncian sectores opositores, entrega el Mercado Municipal a una empresa privada por una década, sin licitación y con serias sospechas sobre la transparencia del proceso.
La iniciativa, impulsada por el oficialismo, permitirá la instalación de una farmacia en el histórico Mercado Municipal a cambio de su remodelación. Sin embargo, lo que para algunos es una inversión, para otros no es más que un escandaloso negociado que compromete a dos intendentes futuros y despierta fuertes cuestionamientos.
El negocio del siglo
Con ocho votos a favor y cuatro en contra, además de una abstención, la ordenanza salió adelante pese a las advertencias de algunos concejales, quienes alertaron sobre la falta de un llamado a licitación pública. Entre los opositores, el concejal Mancini fue tajante: “Estamos entregando un bien del pueblo a una empresa privada por 10 años. La licitación es la base de la transparencia, pero acá todo se hizo a puertas cerradas”.
El concejal Lotero fue aún más contundente y lanzó una grave acusación: “No quiero ser parte de algo ilegal”. Palabras que resuenan con fuerza y dejan en evidencia la falta de claridad del proceso. Desde el peronismo, el concejal Aloy también votó en contra y expresó su preocupación por la manera en que se manejó el expediente. En cambio, los concejales oficialistas defendieron la medida con el argumento de que el mercado necesita una remodelación urgente.
Una inversión mínima, un compromiso millonario Pero lo que más llama la atención es que el capital que pondrá la empresa representa apenas el 1,5% del presupuesto municipal. Es decir, el municipio tenía recursos para hacerlo, pero prefirió ceder el espacio público a una empresa privada por 10 años. ¿Por qué? ¿A cambio de qué? Son preguntas que hasta ahora nadie ha sabido responder.
Mientras tanto, la oposición advierte que esta concesión compromete a las próximas dos gestiones municipales, dejando a futuros intendentes atados de manos ante un acuerdo que se selló sin licitación ni competencia.
¿Quién se beneficia realmente con esta decisión? ¿Qué se esconde detrás de esta maniobra?
La polémica está lejos de apagarse y los vecinos de Esquina exigen respuestas.

