En un acto cargado de emoción y profundo respeto, la comunidad de Esquina rindió homenaje al Papa Francisco, figura emblemática del catolicismo mundial y orgullo argentino. Las palabras del Intendente Hugo Benítez y del Secretario Coordinador Cristian Olivetti, resonaron en el corazón de los presentes al recordar el legado espiritual y humano del Sumo Pontífice.
El Intendente Hugo Benítez, brindó unas sentidas palabras en homenaje al Papa Francisco, resaltando su legado espiritual, humano y su incansable mensaje de paz y fraternidad.
“El amor y todo lo que debe tener el ser humano para salir adelante juntos fue el eje de su mensaje”, expresó Benítez. Reconoció que, a lo largo de su pontificado, el Papa recibió tanto elogios como críticas, pero destacó su actitud de humildad y tolerancia ante los detractores: “A todos aquellos hombres que lo han criticado, él les dio la otra mejilla, como dice la Biblia, y los recibió en la Casa Común”.
Durante su intervención, el jefe comunal subrayó la capacidad de Francisco para escuchar y aconsejar no sólo a líderes mundiales, sino también a los fieles comunes que lo siguieron a través de los medios de comunicación. “Todos nosotros escuchamos sus enseñanzas, sus entrevistas, sus palabras de aliento. Fueron doce años de pontificado que nos marcaron profundamente”, agregó.
Benítez recordó también que, al cumplirse una década del papado de Francisco, la comunidad de Esquina —al igual que fieles de todo el mundo— le rindió un homenaje por su incansable trabajo por la paz.
Asimismo, hizo referencia a las encíclicas más importantes del Sumo Pontífice: Laudato Si’, centrada en el cuidado del medio ambiente y la Casa Común, y Fratelli Tutti, un llamado a la fraternidad universal y al entendimiento entre los pueblos. También mencionó su continuación de la obra de Benedicto XVI, enfocada en la importancia de la fe como guía en la vida diaria.
“Su mensaje fue siempre claro: avanzar con fe, con amor y con respeto por el otro. Es un legado que debemos llevar con orgullo como argentinos”, concluyó el intendente.
El homenaje reafirmó el compromiso de la comunidad esquinense con los valores que el Papa Francisco promovió incansablemente en los cinco continentes.
En el marco del acto conmemorativo en honor al Papa Francisco, el Secretario Coordinador de la Municipalidad de Esquina, Cristian Olivetti, ofreció unas profundas palabras que conmovieron a los presentes y destacaron el legado espiritual y social del Sumo Pontífice.
“Qué difícil es expresarme con simples palabras sobre alguien tan grande como el Papa Francisco”, comenzó Olivetti, reconociendo la magnitud de la figura homenajeada y el alcance universal de su mensaje. “Con el lenguaje de una persona de este rincón de la Argentina, católico pero seguramente no de los mejores, quiero rendirle tributo desde el corazón”, expresó.
Con la sensibilidad de un padre de familia, Olivetti subrayó el deseo de transmitir a sus hijos las enseñanzas del Papa: “Un mundo posible, un mundo mejor basado en el amor, en la fe, en la paz, pero sobre todo en pensar en el otro, en los que menos tienen y en los excluidos de nuestra sociedad”.
En su discurso, propuso un homenaje que vaya más allá de las palabras: incorporar el mensaje de Francisco en la vida cotidiana de la comunidad. “Sería un buen homenaje embanderar a nuestra ciudad con sus enseñanzas, difundirlas en cada rincón como él lo hizo en los cinco continentes”.
Asimismo, llamó a la unidad y al diálogo en un año marcado por tensiones políticas: “Cerremos grietas y extendamos nuestras manos a quien piensa distinto. No todos podemos ser amigos de todos, pero lo que jamás debemos ser, es enemigos”.
Olivetti también hizo hincapié en el compromiso ecológico promovido por Francisco, al recordar el mensaje de cuidado de la casa común: “Es una responsabilidad de las instituciones, pero sobre todo de cada uno de nosotros individualmente, pensando en las generaciones futuras”.
Finalmente, definió el mensaje más poderoso del Papa como “el de poner voz a quienes no la tienen: a los marginados, a los necesitados no sólo de pan, sino también de amor y comprensión”. Y concluyó con un llamado a la acción:
“Si realmente sentimos esta pérdida, homenajeémoslo poniendo en práctica su permanente clamor y enseñanza”.
El acto cerró con un profundo respeto y admiración por una figura que, desde su humildad, marcó a millones de personas en todo el mundo, incluyendo el corazón de la comunidad esquinense.