A partir del año 2004, el Congreso de la Nación instituyó el 22 de octubre como el «Día Nacional del Derecho a la Identidad». Ese día se recuerda la labor realizada por las Abuelas de Plaza de Mayo, quienes impulsaron el reconocimiento de este derecho a partir de su lucha para recuperar a los nietos y las nietas apropiados/as de forma ilegal por las fuerzas represivas durante la última dictadura cívico-militar en nuestro país. Esta labor que ya lleva más de 40 años tiene como resultado los 130 nietos y nietas cuya identidad de origen fue restituida. La fecha que está incluida en el calendario escolar, habilita una oportunidad para reflexionar sobre esta temática con las familias y la comunidad. Las Abuelas comienzan con su lucha el 22 de octubre de 1977 doce mujeres fundan Abuelas de Plaza de Mayo. Buscan a sus nietos apropiados por la dictadura, secuestrados junto a sus padres o nacidos durante el cautiverio de sus madres. En la imagen se ve a las Abuelas Chela Fontana, Raquel Radío de Marizcurrena, Clara Jurado y Eva Castillo en la movilización «Barrios marchan junto a las Madres de Plaza de Mayo» 5 de mayo de 1982.
¿Qué es el Derecho a la Identidad?
El Derecho a la Identidad es el derecho de cada uno, de cada una, a ser uno/a mismo/a, el derecho a saber quién somos y quién queremos ser. Los Derechos Humanos fundamentales como la libertad, la alimentación, la vivienda digna, el trabajo, la salud, la educación, son más fáciles de comprender y apreciar, no requieren de grandes explicaciones para que se entienda su razón. Sin embargo, este derecho fundamental no se ve a simple vista, tal vez porque es tan obvio que pareciera no tener que explicitarse. Desde el nacimiento, todas las personas tenemos derecho a tener una identidad. La identidad en términos jurídicos incluye tener un nombre, un apellido, una fecha de nacimiento, un documento de identidad, un sexo y una nacionalidad determinados. Es la confirmación de la existencia de una persona como parte de una sociedad, como individuo que forma parte de un todo colectivo; es lo que la caracteriza y la diferencia de las demás. La identidad es un proceso dinámico y complejo que se construye, reafirma y reestructura a lo largo de toda la vida de las personas y se configura a partir de múltiples experiencias y procesos de socialización. Construimos nuestra identidad a través de las relaciones con los y las otros/as: dentro de una familia, una comunidad, una nación, y a partir de características como la filiación (ser hijo/a de), la etnia, las opciones culturales, religiosas y políticas, entre otras. También se relaciona con las diferencias de pensamiento, creencias o sentimientos. Por tal motivo, la identidad no es algo fijo o estanco, sino que se va modificando y entretejiendo a lo largo de vida. Alude más a múltiples identificaciones que realiza un sujeto, que a una estructura cristalizada y permanente de modos de ser. Si bien la cuestión de la identidad excede su consideración como derecho, resulta muy importante reconocer la trascendencia histórica y social que la construcción del derecho a la identidad tiene en la Argentina y en el mundo, considerando también otras demandas que este derecho habilita a pensar, como por ejemplo cuestiones étnicas. Se trata de un derecho que ha sido consagrado internacionalmente en buena medida por el trabajo y la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo.
¿Cómo se construyó el Derecho a la Identidad?
Durante la última dictadura cívico-militar que se desarrolló en Argentina entre 1976 y 1983, el propio Estado fue quien violó este derecho a través de un plan sistemático de sustracción de la identidad de niños y niñas. En numerosos Centros Clandestinos de Detención como la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), Campo de Mayo y Pozo de Banfield funcionaron -como parte del despliegue del terrorismo de Estado-, maternidades clandestinas, incluso con listas de matrimonios en “espera” de un nacimiento. Se estima que unos 500 hijos e hijas de desaparecidos fueron apropiados por las fuerzas represivas. Algunos/as niños/as fueron entregados/as directamente a familias de militares o de las fuerzas de seguridad, otros/as abandonados/as en institutos como NN, otros/as vendidos/as. Esto fue posible con la complicidad con funcionarios de la justicia y de la salud. En todos los casos les anularon su identidad y los privaron de vivir con sus legítimas familias, de sus derechos y de su libertad. Este hecho histórico puso en evidencia que el derecho a la identidad debía ser explicitado para que fuera considerado un derecho humano fundamental, y por lo tanto, una responsabilidad de los estados garantizarlo.
¿Quiénes son las Abuelas de Plaza de Mayo?
Abuelas de Plaza de Mayo es una organización no gubernamental creada en 1977 cuyo objetivo es localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños y las niñas apropiados/as por la última dictadura argentina. Desde sus orígenes, las Abuelas de Plaza de Mayo concibieron su búsqueda en clave de derechos. En ese recorrido, el impacto de su lucha en materia de legislación sobre la niñez ha sido decisivo a escala mundial. Los artículos 7, 8 y 11 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, (1989), tendientes a proteger el derecho a la identidad, fueron directamente promovidos por las Abuelas. Esta Convención se incluyó en el derecho argentino en septiembre de 1990. La construcción social del Derecho a la Identidad tuvo un nuevo capítulo cuando, en el año 2005, la lucha de Abuelas y de otras asociaciones vinculadas con los derechos de la infancia logró que fuera sancionada la Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes. Esta ley modifica de forma sustancial la mirada sobre los niños y las niñas, que dejan de ser objetos de derecho para transformarse en sujetos de derecho. En la gestación, defensa y desarrollo de esta Ley, el papel de Abuelas de Plaza de Mayo resultó crucial.
Faltan casi 300 nietas/os, que hoy son personas adultas de entre 43 y 48 años de edad. A su búsqueda, las Abuelas sumaron la de sus bisnietos/as a quienes, como a sus padres, les ha sido vulnerado su derecho a la identidad. Con esta finalidad trabaja este organismo, además de contribuir a crear las condiciones para que nunca más se repita esta terrible violación de los derechos de los niños y de las niñas y exigir castigo a todos los responsables de estos gravísimos delitos. La lucha de las Abuelas construyó un camino para conquistar un derecho que es de todos y todas. Este delito impactó a nivel colectivo. La sociedad en su conjunto fue víctima del terrorismo de Estado, sus marcas persisten hasta hoy y hacer justicia por los/las desaparecidos/as, así como saber qué paso con cada niño/a es parte del proceso de memoria, verdad y justicia colectivo. Para conocer más acerca de Abuelas de Plaza: https://www.abuelas.org.ar/