Por medio de un contacto telefónico, entrevistamos a Georgina Alancay, quien estuvo detenida por el supuesto crimen de Eduardo “Lechuga” Corrado.
– Georgina, contanos un poco de vos así te conocemos realmente.
– Bueno, tengo 39 años, soy Policia bonaerense y vivo en la provincia de Buenos Aires. Nos encontrábamos en Esquina de vacaciones con mi familia y mi pareja, que es de Libertador.
– ¿Fue la primera vez que visitaste Pueblo Libertador?
– Era la segunda vez, ya que el año pasado también había venido por dos días. En este viaje fuimos por tres días nada más, pero lo hice acompañada de mis padres. Para conocer a la familia de mi pareja y conocer. El día sábado hicimos un paseo en lancha en Esquina. Luego por cuestiones laborales tuvimos que regresar y pasó todo esto, que fue como una película de terror, una pesadilla.
– ¿Conocías a esta persona, a Corrado?
– No, no. El día que nos veníamos lo conocí, era amigo de los hermanos de mi pareja. No cruzamos palabras en ningún momento, más que el saludo.
– ¿O sea que Corrado no viajó con ustedes?
– No, para nada. Él viajó con los hermanos de mi pareja otro día. No coincidimos ni siquiera en los días de salida. Coincidimos solamente en el lugar, porque nosotros sólo pasamos por la casa para despedirnos y retirar unas pertenencias de mi pareja, que fue ahí que fue un “hola y chau” y nada más.
– ¿Ustedes pararon en la misma casa?
– No, tampoco. El día que llegamos dejamos en la casa un bolso con nuestras cosas y cuando nos íbamos pasamos a buscar eso y nada más.
– ¿Cuándo ustedes regresaron por el tema laboral, esta persona ya se encontraba desaparecida?
– En el momento en el que nosotros estábamos regresando ya estaba desaparecida.
– ¿Cuántos días pasaron entre que se radicó la denuncia de desaparición y la detención de ustedes?
– La denuncia se radicó el día 13 que fue el día en que desapareció en horas de la noche y a nosotros nos detienen el día 22.
– ¿Dónde se realizó su detención? ¿Aquí en Esquina o usted ya había viajado?
– Yo ya estaba trabajando en Buenos Aires y mandaron un oficio con una orden de detención, llegaron a mi trabajo y me detuvieron.
– ¿Ustedes presumen de cómo debe haber surgido la idea de que a esta persona la habrían asesinado y todo lo que se originó después?
– Yo la verdad es que no, hasta el día de hoy no lo podemos creer. Aun los familiares que nos cuentan todas las cosas que se estaban divulgando, yo hasta ahora no lo puedo creer, todas las cosas que se dijeron. Aparte en cada momento que pasaba en el que yo estaba siendo acusada, era a mí a quien estaban martirizando. No fue fácil para mí ni para mi familia.
– ¿En el momento de la detención vos te enteraste el por qué?
– Para mí fue todo un desconcierto, porque pensé que me llamaban para declarar porque nosotros pasamos por ahí. Pero de una citación a una detención hay un abismo, entonces ni yo ni mi pareja entendíamos porqué nos estaban trasladando de esa manera. Cuando llegamos a Esquina y fuimos a la primera audiencia fue peor porque nos dijeron en lo que estábamos siendo partícipes, toda la caratula con la que se nos acusaba.
– ¿Usted se enteró de lo que se le acusaba cuando le leyeron los cargos?
– Claro, decía que los hechos habrían ocurrido en La Casualidad, ahí en Libertador, en la casa del padre de mi pareja. Nos dijeron que la persona estaba desaparecida y que no encontraban el cuerpo. No podría creer que se me acusara de esto cuando ni el cuerpo estaba.
– ¿De dónde salieron todos estos supuestos en los que se basó la fiscalía de que el hecho había sido con un arma de fuego y que la persona había sido descuartizada?
– Es que yo también hasta el día de hoy me pregunto, porque hasta hay un video donde afirman que fue descuartizado luego de tres impactos de bala, así que no sabemos quién dio esa información tan errónea. A mí cuando me notifican me acusan de eso, de un homicidio. Los detenidos eran el padre de mi pareja, sus hermanos, él y yo.
– ¿Cómo sigue tu vida ahora?
– Todavía no caigo, estoy en mi casa. Me pasó que una noche me desperté y pensaba que todavía estaba en la comisaría, fue todo muy traumático. Agradecemos al Dr. Fernández Codazzi que nos dio su apoyo porque creyó en nosotros.