En el marco de su 62° aniversario, el Colegio Divino Salvador reafirma su lugar como una de las instituciones educativas más prestigiosas de la provincia de Corrientes. Su crecimiento, desde los inicios humildes en una casa donada por la gestión familiar hasta la actualidad, donde alberga los niveles inicial, primario, secundario y terciario, es un reflejo del trabajo y el compromiso sostenido de generaciones enteras.
Hugo Mancini, presidente actual de la Unión de Padres, destacó que este aniversario no es solo una celebración institucional, sino un reconocimiento a todos quienes hicieron posible esta realidad: fundadores, docentes, personal no docente, administrativos, padres y estudiantes. “Esto es el producto del trabajo y esfuerzo de mucha gente. El colegio es lo que es gracias a todos ellos”, señaló con emoción.
La historia del colegio se remonta a una iniciativa surgida de una Comisión de Mujeres de Acción Católica, de la cual formaba parte su abuela. La necesidad de contar con una institución educativa de orientación católica impulsó la formación de la primera comisión, que en 1963 logró iniciar las clases con jardín de infantes y primer grado. Sin edificio propio, el colegio funcionó en una antigua casa familiar que fue donada por su padre, quien entonces era intendente municipal.
“Esta institución está profundamente ligada a mis sentimientos. Primero porque estudié acá, y después por el compromiso de mi familia con su fundación y desarrollo”, expresó Mancini, resaltando el valor emocional que representa para él su rol actual como presidente de la Unión de Padres.
Hoy, el Colegio Divino Salvador no solo ha consolidado su propuesta educativa integral, sino que sigue creciendo. Durante las vacaciones se refaccionó la cancha de básquet, y próximamente se lanzarán escuelas de vóley y handball, disciplinas que no se practican en clubes locales y que buscan ampliar las oportunidades para los alumnos. “Queremos que los chicos tengan un espacio propio para el deporte y el desarrollo integral”, explicó.
A nivel de matrícula, la institución vive un momento muy positivo: la mayoría de los alumnos que culminan la primaria continúan sus estudios en el nivel secundario dentro del mismo colegio, y existe además una creciente demanda de estudiantes de otras escuelas que desean sumarse, aunque la falta de espacio físico limita esta posibilidad.
“Nos llena de orgullo ver que el colegio va por el buen camino. Esto es mérito de los docentes, directivos y todo el personal. El Divino Salvador tiene el prestigio que necesita una institución educativa de este nivel”, concluyó.
Hoy, más de seis décadas después de aquel sueño inicial, el Colegio Divino Salvador sigue siendo un faro educativo en la ciudad de Esquina, y un ejemplo del impacto que puede tener una comunidad comprometida con la educación.
